sábado, 17 de septiembre de 2011

Budapest

«Casémonos y me llevas a Budapest, a un puente donde hay nieve y alguien».
Yo digo: ¿y si estoy? (Porque todo lo pienso con la secreta ventaja de no querer creerlo a fondo. ¿Y si estoy?). Bueno, si estoy... Pero solamente loca, solamente...
¡Qué luna de miel!
Lejana-
Julio Cortázar



Budapest es hasta ahora la ciudad más hermosa que he visto en mi vida.
No he visto Praga, no he visto Paris, no he visto ni Berlin.
Tengo algo de pena por que estuve solo unas horas, pero lo poco que vi me ha encantado.
Su arquitectura, sus paisajes, su río, sus puentes...
Quiero y debo regresar a Budapest.
Perderme en sus calles, recorrer sus avenidas, cruzar cuantas veces quiera sus puentes, viajar por el metro sin que me pillen los de control, contemplar con detalle el Danubio.
Que hermosa ciudad es Budapest.





































































































Les dejo el link a un cuento de Cortázar que pasa en Budapest.
Lejana por Julio Cortázar

viernes, 16 de septiembre de 2011

Por las calles de Eger / Na ulicach Egeru





































































































Caminar sin rumbo, sin destino, sin mapa, perderse por ahí, sin saber que hora es.
Tiene algo de encanto.

martes, 13 de septiembre de 2011

La tierra prometida. / Ziemia obiecana.


Eger es una ciudad ubicada al norte de Hungría en el corazón de una de las mejores zonas vinícolas del país.

Excelentes vinos, sol, gente amable, comida picante,
mejor imposible!!!
Justo cuando llegamos, nos llevamos la grata sorpresa de que iniciaba la fiesta del vino que a la vez
coincidía con la fiesta nacional hungara.

Al festejo se dieron cita cientos de turistas de todo el mundo,
no toda era vino,
la música y el baile también estuvieron presentes
se podía ver bailes tradicionales por ejemplo bailes polacos,







bailes griegos



turcos entre otros



Cada noche después de alguna excursión por los alrederores de Eger nos esperaba un fiesta simpática con música, comida y vinos fantásticos.




En estas fiestas uno saca la conclusión que los idiomas son totalmente absurdos.
Pues al final de cada noche no importaba si se hablaba ingles, alemán, húngaro, etc.
Todos nos entendíamos gracias al poder del vino.


Dialogo después de alguna comida:

él: ¿Qué vamos hacer hoy en la noche en Eger, Pinky?

yo: Lo mismo que todas las noches

los dos al mismo tiempo:
Emborracharnos con vino húngaro))))... jajaja

él: publicarás esto en tu blog

yo: claro!!